9 jul 2017

“En Venezuela no hay tribunal...: Vivanco

Revista colombiana Semana, domingo, 9 de julio de 2017

“En Venezuela no hay tribunal, son unos perritos falderos del régimen”: Vivanco
“En Venezuela no hay tribunal, son unos perritos falderos del régimen”: Vivanco
El director de Human Rights Watch dice que el traslado de Leopoldo López demuestra la debilidad de "la dictadura" de Maduro, a quien compara con Pinochet. "Nadie se llame a engaños; los presos políticos continúan allí", dice.

SEMANA: ¿Qué significa que Leopoldo López haya podido regresar a su casa?
José Miguel Vivanco: A Leopoldo López le han transferido de la prisión a su casa bajo arresto domiciliario, no está en libertad, ha sido transferido bajo una serie de restricciones, la principal de todas de movimiento. Lo que ha ocurrido representa una significativa capitulación por parte de la dictadura cívico-militar que controla Venezuela. Es el resultado de las masivas protestas populares que han sido brutalmente reprimidas y la presión que se ha sentido a nivel internacional. Muestra más bien debilidad y no fortaleza del régimen y creo que es un hecho muy revelador al momento de evaluar el estado de cosas, la situación en la que se encuentra esa dictadura: cada vez mayor aislamiento y desprestigio internacional.

SEMANA: Aún tiene una sentencia de 14 años en su contra que cumplir...
J. M. V.: Leopoldo López nunca debió estar detenido, no existen pruebas que puedan justificar ni siquiera su detención por horas, le fabricaron un proceso, inventaron unas pruebas que no pasarían el control de un país democrático y como resultado de ello le condenaron a casi 14 años de prisión. El caso de Leopoldo López es una injusticia, como muchas otras que se han cometido tanto en el régimen tanto de Chávez como en el de Maduro. Leopoldo López sigue en calidad de prisionero político, es uno de los 431 presos políticos que existen y que fueron injustamente detenidos en las instalaciones del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) en Venezuela, e insisto que lo que pasó demuestra los resultados de unas masivas manifestaciones públicas donde miles de venezolanos han arriesgado su vida, su integridad corporal y su libertad reclamando un cambio genuino en Venezuela.
SEMANA: ¿Descartaría que la medida que tomó el Tribunal Supremo de Justicia tenga que ver con una negociación que haya adelantado Leopoldo López con el gobierno venezolano?
J. M. V.: No lo sé, lo que sí sé es que el Tribunal Supremo de Justicia no vale nada, son un apéndice, un instrumento más del control que ejerce en el país el triunvirato del que hacen parte (Nicolás) Maduro, el capitán (Diosdado) Cabello y el narcotraficante (Tareck) El Aissami, son ellos los que calculan y evalúan las medidas a tomar, son ellos los que deciden quién va a prisión o quién sale. Indudablemente esta medida tomada se explica, insisto, por la presión interna e internacional y además es una maniobra del régimen que persigue mostrar una cara distinta ante la comunidad internacional probablemente con la esperanza de desactivar las protestas masivas diarias que se están dando en Venezuela en los últimos casi cien días.
SEMANA: Causa suspicacias que ese tribunal que tanto tiempo ha estado a favor del régimen incluso enviando a Leopoldo López a la cárcel ahora decida que le da arresto domiciliario…
J. M. V.: La medida adoptada por el tribunal no tiene nada que ver con el derecho, no es una medida que se ajuste, han intentado justificarla diciendo que se trata de una medida humanitaria diciendo que se trata de supuestas condiciones delicadas de salud que tiene Leopoldo López, creo que hace falta solamente mirar los videos y las fotografías para comprobar que probablemente pueda tener secuelas de lo que ha sido el encierro, el aislamiento, los castigos a los que lo han sometido pero no se ve en Leopoldo López alguien que esté sufriendo una enfermedad terminal.
SEMANA: ¿Por qué lo hacen?
J. M. V.: La falta de credibilidad no solo del régimen político sino de los burócratas que hacen parte de la suprema corte y que son, insisto, empleados de Maduro, explican que aquí lo que se ha tomado es una medida política y que indudablemente está dirigida a desactivar la presión interna y la presión internacional, que existen riesgos que algunos de los gobiernos o las autoridades más ingenuas de la comunidad internacional que se han pronunciado en contra del régimen, como por ejemplo el Vaticano y el propio papa, puedan caer en esta trampa creyendo que con la liberación de Leopoldo López se ha producido un cambio fundamental de circunstancias en Venezuela. 
Creo que la carta que juega el régimen es mostrar una cara distinta e intentar tapar los últimos escándalos como fue el asalto por parte de unos hampones armados en coordinación con la Guardia Nacional Venezolana a los diputados, imágenes que le dieron la vuelta al mundo. Con la liberación de Leopoldo López intentan ganar algunos puntos a nivel internacional y sí hay autoridades que ingenuamente pueden caer en esa trampa pero a estas alturas que se conoce mucho más de la realidad de lo que ocurre en Venezuela, nadie se llame a engaño y nadie se equivoque porque los presos políticos continúan allí, porque más de 355 civiles están siendo juzgados por tribunales militares, porque la crisis en el ámbito humanitario, la escasez de alimentos y medicamentos es real y se profundiza día a día y porque el régimen sigue aferrado a cualquier costo al poder.
SEMANA: ¿Usted pudo hablar con Leopoldo López?
J. M. V.: Hasta ahora no he tenido contacto con él directamente pero espero hacerlo en las próximas horas.
SEMANA: ¿Qué sigue ahora para Leopoldo López? ¿Teme que en cualquier momento el mismo tribunal reverse la decisión?
J. M. V.: No se puede seguir hablando de tribunal, es que no hay tribunal, estos son unos perritos falderos del régimen, acá no hay cortes ni instancias independientes que defiendan sus propios fueros, es el régimen, es la dictadura de Maduro, Cabello y El Aissami quienes efectivamente podrían llegar a tomar la decisión de regresar a Leopoldo López a Ramo Verde, como lo hicieron con Daniel Ceballos, el alcalde, que estuvo un año bajo arresto domiciliario y luego cuando se les dio la gana lo retornaron al control del Sebin.
También el caso del actual alcalde de Caracas, Antonio Ledesma, que ha sido defenestrado de su cargo y lleva más de dos años bajo arresto domiciliario. Entonces no creo que estemos para cantar victoria con Leopoldo, la naturaleza del régimen no ha cambiado, estamos ante una dictadura, así actuaba Pinochet, hacía concesiones tácticas, y no distinto de la forma de actuar de esta dictadura que por lo demás está fuertemente influida por el gobierno cubano. Todo dependerá de cómo ellos evalúan la situación interna y externa. Es hora de redoblar los esfuerzos, la presión internacional y la protesta pacífica porque lo ocurrido con Leopoldo López demuestra que sí se puede.
SEMANA: ¿Lo que pasó con Leopoldo López es un golpe de popularidad?
J. M. V.: De popularidad es demasiado, el gobierno es demasiado impopular, yo creo que es simplemente una maniobra, una capitulación que el régimen hace bajo presión pero con la ilusión de que con ello puedan desactivar la presión. Esto no lo hacen por razones humanitarias, el Tribunal Supremo actúa como un notaría y está dirigido por un señor que tiene un prontuario criminal bastante conocido, que estuvo dos veces en prisión, que tiene un pedigrí muy representativo de la naturaleza de ese régimen.
SEMANA: Se ha hablado de la intervención de varios expresidentes de la región en la orden de arresto domiciliario, ¿usted cree que esa mediación haya sido tan fuerte?
J. M. V.: No, la presión ha sido constante por parte de expresidentes, del secretario general de la OEA, algunos gobiernos latinoamericanos. Pero esto no es el resultado de una gestión, esto no es simplemente porque se pusieron de acuerdo un par de presidentes, esto es un proceso donde el régimen dictatorial de Venezuela está en unas condiciones cada vez más fuertes de aislamiento.
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SEMANA;
 7/8/2017 
Expresidentes sabían de decisión de trasladar a López a su casa
La sorpresiva decisión de enviar a Leopoldo López a su casa con un brazalete electrónico trajo consigo la reacción inmediata de la comunidad internacional, que se unió para abogar por los cientos de presos políticos en Venezuela. En redes sociales, donde se difunden las primeras imágenes del traslado a su casa, líderes del mundo celebraron la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. 
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aplaudió la noticia y reiteró su llamado para que se tome el camino del diálogo pacífico. 
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, uno de los escuderos de la situación de López en Venezuela, aseguró que la decisión de liberarlo es una oportunidad de reconciliación nacional y representa una salida democrática a grave crisis que afronta ese país. Almagro venía exigiendo que se le concediera una visita a López, una vez la familia replicó información sobre supuestos gritos del líder opositor desde la cárcel de Ramo Verde. 
Almagro rechazó en el 2015 de manera enérgica la sentencia a prisión por 14 años al líder opositor venezolano, al considerar que "marca un hito, el lamentable final de la democracia venezolana". "La pobreza en el país caribeño no es solo económica sino política y de derechos. Impera la corrupción y falta de transparencia", dijo. 
Al conocer la noticia, el excandidato a la presidencia Henrique Capriles reiteró que todo el incremento de la violencia en Venezuela fue ordenada por el gobierno de Nicolás Maduro. "Recuerden su declaración de guerra a los venezolanos", dijo a través de sus redes sociales.
A la voz de celebración se unieron varios líderes del mundo:
El expresidente Ernesto Samper aseguró a través de un comunicado que de esta decisión del Tribunal Supremo tenían conocimiento varios expresidentes que venían trabajando en la despolarización de la situación de Venezuela. "Esta decisión debe interpretarse como un gesto positivo por parte del gobierno", dijo. Y destacó que seguramente contribuirá a que se abran espacios para seguir buscando la concertación entre las fuerzas políticas con el fin de que se consigan en los próximos meses unas elecciones democráticas y transparentes. 
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