12 abr 2017

Marcelino Perelló

¿Políticamente incorrecto?/Rosaura Barahona
Reforma, 12 de abril de 2017
Marcelino Perelló se adorna diciendo que es políticamente incorrecto, cuando es sólo un patán.

Patán es "un hombre que se comporta de forma ignorante, tosca y grosera", comportamiento del que hizo gala Perelló, a pesar de su prestigio como matemático.
En su programa de Radio UNAM, al referirse a la violación de Daphne por parte de los Porkys, aseveró que no fue una violación porque, aunque es una chica muy "metible", nadie la había penetrado con el miembro viril y, por lo tanto, no importaba qué le hubieran metido, sin pene no era violación.
Perelló se dio a conocer en la huelga del 68 de la UNAM, cuando Rosa Luz Alegría lo llevaba en una silla de ruedas. Fue el representante de la Facultad de Ciencias ante el Comité de Huelga y un líder estudiantil muy articulado a los 23 años.
Poco después del 2 de octubre (matanza de Tlatelolco), Marcelino se exilió en París y permaneció en Europa 16 años. Luego volvió a México.

Quienes participaron en el Comité de Huelga lo consideran un cobarde por haber huido a la hora de la verdad. Por eso no le fue fácil regresar a un sitio en donde se le admiró y luego se le despreció con igual fuerza.
La UNAM lo corrió de su programa de radio, pero ha seguido haciendo declaraciones ofensivas y despectivas sobre el caso de Daphne y ha reiterado que las violaciones siempre terminan por ser disfrutadas por las mujeres.
Es patético que alguien preparado sea tan ultrajante con nosotras. En su Facebook se disculpó con una amiga. Le explica que ya leyó el Código Penal Federal y que estaba equivocado porque el artículo 265 dice: "Al que por medio de la violencia física o moral realice cópula con persona de cualquier sexo, se le impondrá prisión de ocho a catorce años.
"Para los efectos de este artículo, se entiende por cópula, la introducción del miembro viril en el cuerpo de la víctima por vía vaginal, anal u oral, independientemente de su sexo.
"Se considerará también como violación y se sancionará con prisión de ocho a catorce años, al que introduzca por vía vaginal o anal cualquier elemento o instrumento distinto al miembro viril, por medio de la violencia física o moral, sea cual fuere el sexo del ofendido".
Bien por haberse tomado la molestia de leer el Código Penal y de asumir su culpa en ese renglón, pero me pregunto si el artículo 265 no lo contradijera, ¿habría defendido su punto de vista de que introducirle a Daphne los dedos en la vagina, en contra de su voluntad, no era violación?
¿En dónde quedó la dimensión humana de este ex líder dizque revolucionario que se cree iconoclasta y usa lo políticamente incorrecto como escudo para su cobardía? Se sueña insurrecto por, según él, decir una verdad incómoda, pero su lenguaje machista es el de un gañán idólatra de la misoginia.
Ahora que todo es políticamente incorrecto, ¿en dónde quedaron las majaderías y las vulgaridades? ¿Ya no hay? Sí, sí las hay porque el concepto es controversial y, aunque se usa con frecuencia, no sirve de mucho.
Para ya no decir "negro", dicen "afroamericano", pero el cambio no elimina la discriminación que lo provocó; si antes alguien decía "méndigo negro", ahora dice "méndigo afroamericano" y es lo mismo. Se cambian los sonidos (significante), no el significado, de modo que es un ejercicio inútil.
Y eso lo explica Bauman en Amor líquido, cuando habla de una sociedad sitiada y rabiosamente individualista "en la que se ha debilitado la solidaridad social con la consecuente fragilidad de los lazos humanos".
Por eso Bauman dice que los compromisos sólidos ya casi no existen: "Lo que nos gustaría sería poner en cada caso un cartel de que se trata de un compromiso hasta nuevo aviso", porque son compromisos líquidos, sin forma.
Si Marcelino Perelló fuera hombre, hubiera pensado con la cabeza, no con el pene. Pero es un mero macho ilustrado. Pobre diablo.

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