8 feb 2005

Reforma migratoria: ¡Va!

¿Aministía secreta?

¡El debate sobre la reforma migratoria del presidente George W. Bush va!

Esperemos que el presidente norteamericano use intensamente su capital político para hacerlo. Claro que no tiene mucho tiempo, y será acontracorriente.

Y es que el mandatario deberá enfrentarse a muchos opositores, especialmente dentro de su partido, empezando con Tom Tancredo, su accerrimo enemigo en el tema.

Y aunque el presidente Bush ha reiterado una y otra vez que la reforma no es una amnistía sino tan sólo la implementación de un programa de trabajadores huéspedes, que permita a los inmigrantes ocupar empleos que los ciudadanos estadounidenses no quieren.

Aun así el pleito será a morir por la posición de republicanos como Tom Tancredo. El congresista de Colorado ve en el plan migratorio un esquema de amnistía secreta que "recompensaría a los transgresores de la ley". Todavía más, Tancredo acusa al presidente de apoyar la reforma inmigratoria para ganar el apoyo hispano para una posible candidatura a la Presidencia en 2008 de su hermano, el gobernador de Florida, Jeb Bush.

Y aunque Tancredo es el crítico republicano más feroz, ¡cuidado! no es el único, cada día es apoyado por más republicanos conservadores.

Además, hay que entender a Tancredo: esta en su papel. Explota políticamente una política antiemigrantes debido a que le da votos; de todos es sabido que tiene un negro historial al promover iniciativas de ese tipo; entre ellas, una dirigida a despojar a los indocumentados de servicios sociales básicos en Colorado, quiso también aplicar un impuesto a las remesas de dinero de los inmigrantes, además de que fue quien promovió un proyecto de ley oponiéndose al uso de las llamadas matrículas consulares. ¡Y las que se sumen!

Afortunadamente no todos los republicanos son iguales, hay legisladores sensibles, como los de Arizona: el senador John McCain y los congresistas republicanos Jim Kolbe y Jeff Flake.

De hecho la la propuesta migratoria del presidente Bush es de ellos.

McCain declaró recientemente muy preocupado a la cadena de televisión PBS que: “no hay nadie que actualmente quiera recoger las lechugas en Yuma, por eso hay gente que cruza ilegalmente la frontera para hacerlo”. Dijo oponerse a una amnistía general, pero también a los arrestos masivos de indocumentados.

Es la misma posición del congresista Jim Kolbe, quien dijo estar motivado con el apoyo de este gobierno para lograr una comprensiva reforma migratoria que servirá a la seguridad nacional. “Tengo esperanzas de que en las próximas semanas el Presidente dé a conocer detalles concretos a la nación de cómo esta reforma será estructurada e implementada”.

Para disminuir un poco la carga financiera, el congresista Kolbe informó que recientemente presentó al Congreso una iniciativa de ley para otorgar fondos federales que cubran parte de los gastos generados por los inmigrantes indocumentados que están en las cárceles.

Eso debido a que en su informe anual, la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, dijo que actualmente los contribuyentes de Arizona pagan por el encarcelamiento de cerca de cuatro mil inmigrantes indocumentados.

Por lo pronto, la Cámara de Representantes Local de Virginia aprobó una iniciativa que – de aprobarse por el Senado Local- prohibiría a los inmigrantes ilegales asistir a los colegios; la medida pondrá a Virginia al frente de la reforma migratoria. El proyecto de ley, que por cierto pasó sin debate por 67 votos a favor y 28 en contra, parece que podría ser rechazado por el Senado,en las próximas semanas.

Hasta este momento ningún estado prohíbe a los indocumentados asistir a las escuelas públicas.

David B. Albo, republicano del condado de Fairfax fue quien copatrocinó la medida, argumentando que el estado ha sido forzado a tomar esas medidas debido a que siete de los secuestradores del 11 de septiembre tenían licencias de conducir de Virginia.

Por otro lado, el periódico Los Angeles Times informa que a partir del 1 de abril decenas de ciudadadanos norteamericanos pasarán las vacaciones patrullando la frontera Arizona-México.

Se trata de una medida xenofobica que se denomina Proyectp Minuteman encabezada por Chris Simcox, quien ha dicho que 416 personas de 41 estados se han ofrecido como voluntarios para tomar posiciones entre Naco y Douglas, en Arizona, y cerca del Parque Nacional Coronado.

Este grupo espera que 2 mil personas estacionen sus autos para formar una franja para repeler a los indocumentados.

Las autoridades locales y federales han manifestado su preocupación por este plan debido a que puede provocar serios enfrentamientos.

Tancredo ha conseguido que el gobernador de Colorado, Bill Owens, retirara un texto electrónico de la página de Internet de su gobierno donde se ofrecía asesoría en español para los inmigrantes ilegales para vivir y trabajar en Colorado. El texto de 50 páginas estaba en la página del Departamento de Educación de Colorado. Owens decidió su remoción después de las intensas críticas que provocó por parte de los defensores de una mayor restricción fronteriza. William Herron, director de Defend Colorado Now, felicitó al gobernador por su decisión de retirar el texto.

Por otra parte, en Arkansas hay temor y enojo entre los republicanios por la inmigración ilegal. Y es que el valiente gobernador republicano Mike Huckabbe incluyó una propuesta que seguro causará polémica: solicitó que los hijos de inmigrantes legales, fueran tratados como iguales, sin discriminación, cuando solicitaran inscripciones a escuelas y universidades estatales.

Su llamado – señala The Wal Street Journal, del 3 de febrero- no sólo fue al sentido de justicia, sino a la razón.

Pero. ¡Cuidado! La propuesta encendió las campanas de alarma, en la contra

Senadores locales han comenzado a alentar el resentimiento contra los inmigrantes; por lo pronto han introducido una iniciativa inspirada en la Propuesta 200 de Arizona para que los inmigrantes sin la documentación adecuada no puedan votar, pero además fija el mismo requerimiento para los servicios estatales.

En México, debemos estar pendientes de la lucha de nuestros compatriotas.

De entrada: ¡Bienvenida la propuesta del presidente Bush!

Además, el tema de la inmigración es un asunto que les conviene más a los EE UU que a nosotros en México, aunque a decir verdad, será un gran alivio para muchos de nuestros compatriotas: no llega la enchilada completa pero por lo menos las tortillas.

Aunque no hay que perder de vista que el trasfondo del asunto es un control de la frontera y por tanto favorece la lucha en contra del terrorismo.

Sabemos que la propuesta del presidente norteamericano no solucionará el problema de fondo.

Como lo plantea acertadamente, el colega Jorge Ramos Avalos en un excelente artículo; La hora de los indocumentados (La Opinión, 8 de febrero) la descripción de Bush es correcta pero su solución es incompleta.

Ya que, de aprobarse “el plan del Presidente le permitiría a millones de indocumentados legalizar su situación migratoria por tres años y, quizás, hasta seis.”

¿Y luego?

El presidente Bush “espera que se regresen a su país de origen. Y eso no va a ocurrir. Nadie que lleve seis años trabajando en Estados Unidos, ganando 10 veces más que en el país de donde vino y con niños en la escuela, se va a regresar.”

Según el periodista de la cadena Univisión, al Proyecto del presidente Bush, le faltan varias cosas, a saber:

“una cláusula que le permitiera a esos indocumentados convertirse eventualmente en ciudadanos estadounidenses;

una negociación con México y otros países para regular el flujo migratorio del futuro;

y billones de dólares en inversiones en América Latina para enfrentar ahí los problemas de pobreza y desempleo.

Pero ( y aquí esta el quid del asunto) el problema central es que ni siquiera el incompleto programa de trabajadores temporales del presidente Bush parece tener apoyo en el Congreso en Washington.”


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